La combustión a leña como una forma de obtener energía térmica ha sido utilizada durante siglos, y recién desde hace algunas décadas, ha surgido una creciente preocupación sobre su impacto ambiental y en la salud humana.
Si bien hoy existe una serie de alternativas de calefacción mucho más limpias, el consumo de leñe sigue siendo determinante en buena parte del país, especialmente en la zona más austral, ya sea motivada por factores de accesibilidad, disponibilidad o simplemente por el alto grado calórico que ofrece su combustión.
Leña seca y leña húmeda
En Chile la leña no está regulada como combustible sólido, razón por la cual nuestra legislación no contempla una serie de variables que ayudarían, entre otras materias, al control de su calidad. Sin embargo, los diferentes documentos técnicos, normativas locales y estudios coinciden que el nivel máximo de humedad permisible es de un 25%. De esta forma, leña con niveles por debajo de este porcentaje se considera como “seca”.
La principal diferencia entre el uso de leña seca y leña húmeda es que en esta última la combustión resultante es incompleta, ya que la energía se concentra en el consumo de la humedad contenida en la madera y no en una plena combustión de la madera, arrojando mayor cantidad de material particulado fino a la atmósfera.
¿Qué efectos tiene la combustión de leña húmeda?
La combustión a leña produce una variedad de emisiones contaminantes, incluyendo gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4). Estos gases contribuyen al cambio climático y al calentamiento global. Además, la quema de leña también emite compuestos orgánicos volátiles (COV), óxidos de nitrógeno (NOx) y monóxido de carbono (CO), los cuales tienen efectos negativos en la calidad del aire y la salud humana.
Además de los gases, la combustión a leña genera, como hemos dicho, una gran cantidad de partículas finas y ultrafinas, conocidas como material particulado (PM). Estas partículas pueden ingresar al sistema respiratorio humano y causar problemas respiratorios, cardiovasculares y otros efectos adversos para la salud.
El impacto de la combustión a leña en la calidad del aire es evidente tanto a nivel local como regional. En áreas densamente pobladas donde se utiliza la leña como fuente de calefacción, los niveles de contaminación del aire pueden alcanzar niveles peligrosos, especialmente durante los meses de invierno. Las emisiones de gases y partículas de la combustión a leña contribuyen a la formación de smog, la degradación de la calidad del aire y la acumulación de contaminantes en el medio ambiente.
La exposición prolongada a la contaminación del aire por la combustión a leña se ha asociado con efectos negativos en la salud humana. Estos incluyen un mayor riesgo de enfermedades respiratorias, como el asma y la bronquitis, así como enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón. Los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con enfermedades preexistentes, son especialmente susceptibles a los efectos adversos de la contaminación atmosférica causada por la combustión a leña.
¿Cómo distinguir la leña seca?
Usted puede reconocer la leña seca por las siguientes características:
- En relación con la leña húmeda, es más liviana
- No presenta manchas blancas ni grises
- Corteza semi desprendible
- Posee grietas visibles a simple vista
- Es de color opaco
En este punto es importante también precisar que la capacidad calórica de la leña depende también de su origen:
Leñas duras: son provenientes de especies como la encina, roble, haya, naranjo, algarrobo, almendro y olivo. Estas leñas se caracterizan por una gran capacidad de generación de calor con brasas más consistentes y mayor tiempo de combustión.
Leñas blandas: pino, abeto, acacia, cerezo, álamo, sauce, y otras especies de árboles frutales o crecimiento rápido. Son consideradas leña de mala calidad ya que ofrecen una potencia calórica bastante menor a las anteriores, pero tienen la ventaja de un encendido más rápido. Es recomendable mezclarla con leñas más duras para obtener una mejor brasa.
¿Qué función cumplen los higrómetros para madera?
Si usted es un productor o distribuidor de leña, debe tener presente que la única forma de determinar con certeza el contenido de humedad de la madera, es mediante un higrómetro para madera, y cuyo uso es recomendable ya que las fiscalizaciones que realizan las autoridades se hacen con estos instrumentos.
En el mercado existe una amplia oferta de higrómetros para madera con diferencias de precio entre unos y otros. Esta diferencia no es accidental, y es determinante para que usted asegure que su producto cumple con la legislación vigente.
Los higrómetros más económicos realizan sus mediciones bajo un standard, es decir, utilizan una escala única de medida. Sin embargo, las maderas ofrecen diferentes grados de densidad de su masa conforme al tipo de especia arbórea de la cual proceden. Dicho esto, en términos prácticos, no es lo mismo medir el contenido de humedad en una leña dura que en una leña blanda, y más aún, las escalas de medida entre una especie y otra pueden diferir aun cuando ambas sean leñas duras, o ambas leñas bandas.
Conforme a lo anterior, es vital para su negocio que su higrómetro tenga la capacidad de seleccionar el tipo de madera o especie de origen, ya que ello afectará la medición. Del mismo modo es importante que su equipo sea capaz de ser calibrado periódicamente, con lo cual Ud. se asegurará que su producto cumple con el grado de humedad exigido por la normativa.
Fuentes:
- Ahumada, A. (20 de junio del 2020). USO DE LEÑA Y CALIDAD DEL AIRE EN EL SUR DE CHILE. Recuperado de https://agrocolun.cl/uso-de-lena-y-calidad-del-aire-en-el-sur-de-chile-48/
- Palma, Francisca. (10 de junio del 2015). El buen uso de la leña para mitigar la contaminación ambiental y atenuar la dependencia energética. Recuperado de https://forestal.uchile.cl/noticias/112338/el-buen-uso-de-la-lena-para-mitigar-la-contaminacion-ambiental